domingo, 15 de agosto de 2010

Después de pegarte un buen buitrear al llegar en la mañana a casa, piensas que 
tiraste todo lo malo que pudiese existir dentro de ti, y No!!!!!!!, parece que luego 
viene algo peor, dolores de cabeza, éxtasis, guata! y por dentro te preguntas, si 
morir se siente a estar durmiendo, y eliges una opción : Suicidarte. 


La pregunta trágica, ¿De qué forma es menos doloroso?
Ehms, euuuu, tirarse por el canal San Carlos?, fácil, te queda al lado, tiras tu
carnet, tu chaqueta, tu pase escolar, para que todos sepan que cortaste con
tu vida y no te busquen por lados extravagantes. Aunque después surge la nueva
pregunta, ¿Quién me llorará? ,y piensas en tu familia, en tus amigos, en los conocidos.
¡Aquí! te detienes.
te encantaría saber quién llora por ti de verdad y a quienes les importas, y no
sabes si realmente podrás ver todo este suceso desde alguna parte del cielo o de la tierra.
Entonces : desistes 

Lo más irónico es que cuando estás apunto de llegar a casa, un perro se te acerca
con la decisión de odiarte y morderte, y haces todo lo posible para que no lo haga (morderte) y te espantas.


Luego...
Llegas a casa y te sale un : ¡Por fin en casa, Sana y salvo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario