sábado, 14 de mayo de 2011

Viernes 13.

Nos tenían acorralados en la alameda, por atrás nos tiraban lacrimogenas , por adelante nos tiraban lacrimogenas, gente postrada en el suelo gritando por ayuda, nos tenían como animales ( oh dios por fin sé lo que siente un animal cuando está en el rodeo).

quince minutos antes : íbamos cantando , marchando, bailando, mientras las personas que viven en los edificios nos apoyaban con sus ollas, gente vestida de huemul, niños y sus padres, ancianos y extranjeros, si nos deteníamos levantábamos las manos.

El castigo se los merecen otros.
y en mi mente pasaba, en los medios de comunicación muestran el final, lo más podrido, para dejarnos como delincuentes.
por qué los hombres necesitan que se les diga las cosas no una ni dos veces, sino MIL veces. Esto me está comenzando a aburrir, quizá y hay cosas mejores por cuales gastar el tiempo y dedicación.